La Ciudad

Tientan a empresas de software locales a radicarse en Capital

El Distrito Tecnológico de Parque Patricios envía correos electrónicos a firmas de Mar del Plata. Les promete beneficios impositivos hasta 2034. En la provincia está demorada la prórroga de la adhesión a la ley para asegurar exenciones.

por Ramiro Melucci

La falta de avances en el Parque Informático no es la única tormenta que se cierne sobre la industria del software local. En los últimos días, la Ciudad de Buenos Aires empezó a tentar a empresas del rubro afincadas en Mar del Plata para que se radiquen en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios. A cambio, les ofrecen una batería de beneficios impositivos que se extienden hasta 2034.

En la última sesión del Concejo Deliberante, Santiago Bonifatti (Acción Marplatense) leyó un correo electrónico enviado a una empresa local por un agente de atención a empresas del Centro de Atención al Inversor del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología porteño. “Lo contacto para informarle acerca del Distrito Tecnológico de Parque Patricios y el sistema de inversiones en Buenos Aires. Resumidamente, le informo que con el objetivo de desarrollar la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires invitamos a todas aquellas empresas de tecnología a realizar sus actividades desde allí”, dice el texto, al que tuvo acceso LA CAPITAL.

“Para alcanzar dicha meta, ofrecemos variedad de beneficios impositivos, como (descuentos en) Ingresos Brutos al 100% hasta el año 2024, al 75% hasta el año 2029 y al 50% hasta el año 2034 para empresas de capital nacional y hasta el 2029 (para empresas) de capital extranjero”, detalla.

“Además, contarían con beneficios en (el) Impuesto a los Sellos, Alumbrado, Barrido y Limpieza; (Impuesto a los Residuos) Aridos y (derechos de) Delineación y Construcción”, los cuales “se extienden hasta el año 2034 para empresas de capital nacional y 2029 para empresas de capital extranjero”.

Como información adicional, el agente porteño cuenta que 260 empresas forman parte del Distrito Tecnológico, que a su vez incorporó al Instituto Tecnológico de Buenos Aires (una universidad privada). “Por otra parte, estamos sumando al proyecto a Caece y USAL (Universidad del Salvador) con sus respectivas carreras tecnológicas”, apunta el correo electrónico. Y termina con la intención de promover un encuentro: “Nos gustaría poder coordinar una reunión con Ud. y conversar en detalle acerca de nuestra propuesta”.

Después de leerlo en el recinto del Concejo, Bonifatti concluyó: “Las empresas que son marplatenses, cuyos integrantes tienen familias aquí, probablemente no deseen irse. Pero, ¿cómo vamos a hacer para impedir que lo hagan las que había elegido Mar del Plata para radicarse?”.

Es que estas propuestas surgen cuando la provincia de Buenos Aires todavía no determinó una prórroga a la ley que adhiere al Régimen de Promoción de la Industria del Software, que vence “en marzo”, observó Bonifatti. Esa adhesión, que rige desde 2007 (el lapso de vigencia es de 10 años), estipula la exención de Ingresos Brutos y el Impuesto Inmobiliario para las empresas del sector.

La diputada provincial marplatense Alejandra Martínez (FpV-PJ) presentó el año pasado un proyecto para establecer una prórroga por otros 10 años. La iniciativa fue aprobada en junio por la comisión de Industria, Comercio y Minería de la Cámara e ingresó al mes siguiente a la de Legislación General, donde quedó frenada.

Alertado de esta demora, el Concejo resolvió el jueves solicitarle a la Legislatura de la provincia que prorrogue la ley 13.649, de adhesión al Régimen de Promoción de la Industria del Software, y crear una comisión especial en defensa del sector TIC (de las tecnologías de la información y las comunicaciones).

“Tendrá como fin promover acciones tendientes a impulsar las industrias locales relacionadas a la informática e industrias creativas digitales para su proyección provincial, nacional e internacional”, establecieron los concejales.

La comisión estará integrada por representantes de cada bloque, legisladores provinciales con asiento en la ciudad, funcionarios de las áreas intervinientes e invitados especiales del Departamento Ejecutivo y del sector.

Mejores rumbos

En el sector TIC confirmaron a LA CAPITAL la llegada del correo electrónico del Distrito Tecnológico de Parque Patricios. “Esto llega en un momento en que no hay avances del Parque Tecnológico de Mar del Plata. Y cuando algunos empresarios están decidiendo inversiones en distritos vecinos”, dijo una fuente del sector.

El mejor ejemplo es el de Fernando Unzué y Rodrigo Espinosa, licenciados en sistemas marplatenses, recibidos en universidades de Mar del Plata, que montarán en Miramar un campus tecnológico a orillar del mar.

“En Mar del Plata ha habido un retroceso. Sólo basta decir que algunas empresas, pese al régimen de estímulo que está vigente, estamos pagando la tasa de Seguridad e Higiene”, se quejó un empresario.

En medio de la incertidumbre, el intendente Carlos Arroyo reiteró en los últimos días que el proyecto del Parque Informático se va a desarrollar, pero no en los terrenos de la avenida Jorge Newbery donde lo había previsto su antecesor, Gustavo Pulti, sino en la zona de la Estación de Ferrocarril.

La Asociación de Tecnologías de la Información y la Comunicación de Mar del Plata (Aticma) dijo desconocer el proyecto. “A pesar de que Aticma forma parte de una mesa de trabajo con el municipio para definir el destino del Parque Informático, el sector no ha sido consultado ni informado sobre esta nueva iniciativa”, señaló la entidad.

La asociación impulsa la creación de un Parque Informático para la ciudad desde 2006. “Pese a que en 2015 se obtuvieron los fondos necesarios para iniciar su construcción, el proyecto quedó parado por decisión del Poder Ejecutivo Municipal”, lamentó Aticma.

El Parque Informático estaba proyectado en un predio de cinco hectáreas ubicados al sur de la ciudad, sobre la avenida Jorge Newbery, detrás del Bosque Peralta Ramos y en cercanías del barrio privado Rumencó. Se financiaría con un subsidio de $ 80 millones del Gobierno nacional.

El municipio licitó la obra en junio de 2015. La adjudicataria fue la empresa Solana, que inició los trabajos preparativos para la obra, que hubiera tenido un plazo de 15 meses, pero no los continuó porque el municipio no le giró los fondos.

El proyecto contaba con un Centro de Incubación, que permitiría que los emprendedores que tengan proyectos para desarrollar empresas de bases tecnológicas recibieran todo el apoyo necesario para crearla, y la Escuela de Arte y Oficios Digitales, cuya construcción fue la única que avanzó.

Ubicada en la avenida Jorge Newbery y Schoentatt – en el radio de lo que iba a ser el Parque Tecnológico -, fue financiada por la Corporación Andina de Fomento y ejecutada por la constructora Calchaquí con una inversión que se estimó en $ 20 millones.

“El proyecto contaba con tres partes: la educativa, representada por la Escuela de Artes y Oficios Digitales, la Incubadora, orientada a la formación, el asesoramiento y apoyo de nuevos proyectos tecnológicos y de industrias creativas, y el sector de las empresas. Ya habían transmitido su intención de instalarse 25 empresas y cinco universidades”, recordó con una mezcla de pesar y bronca un empresario del sector.

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